El marcado contrate entre la blanca inocencia de la forja del cabecero, de las sábanas y las fundas de almohada y los elementos en negro (cabello, lápiz de ojos, collar, alas, tanga y botas), constituye una cumplida metáfora del encuentro entre dos mundos, entre dos planos de conciencia; metáfora en cuyo seno la piel rosada juega el papel de nexo, puente, punto de encuentro. O, por qué no, campo de batalla.
3 comentarios:
Luz y Oscuridad siempre enfrentadas, siendo ambas lados de la misma moneda -el ser humano- y en esa dicotomía sucede lo inesperado... que hallando el camino adecuado pueden fundirse en infinitos grises yendo del mas claro al mas oscuro.
Feliz Año y que los Reyes sean generosos... y gracias por em comentario-respuesta en mi haiku, muy adecuado y a la altura :)
No hay luz sin oscuridad, ni ésta sin aquélla. Olvidarlo, se suele pagar caro.
Y gracias ti, por esa hermosa página que vas construyendo. Mi respuesta quiso estar a la altura, y a fe mía que sufrí para lograrlo.
Y feliz año para ti también.
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